A tu corta edad nos expresaste una forma de cariño muy a tu estilo. En algún momento pensamos que estabas molesto porque tus rasguños eran muy fuertes pero después entendimos que era tu manera de querernos y de jugar. Te extrañamos mucho. Siempre fuiste un gato bueno y nos recibías en la puerta con la idea de escaparte de alguna manera. Si alguna ves te regañamos nunca fué para hacerte sentir mal, siempre nos preocupamos por tí hasta el último día. Luquitas hermoso, extraño tus rasguños. Hoy quisiera tenerte aquí para abrazarte y decirte que te quiero mucho. Buen viaje!!.